martes, 25 de noviembre de 2014

LA HIDRA EN EL ESPEJO

Algunos asistimos atónitos al festival de violencia declarado en Jerusalén desde hace unas semanas por no se sabe qué fuerza maligna y que encuentra en los ciudadanos de a pie, en los niños, en los jóvenes, en las señoras y en los ancianos de cualquier edad y condición, a las víctimas propiciatorias de sus repulsivos actos.

Occidente no se entera. Sus telediarios siguen mostrando imágenes de terremotos en Asia, de violencia sectaria en Latinoamérica o de entregados deportistas ganando mundiales de Fórmula Uno. Occidente mira para otro lado. Lo cual no es sorprendente, pero plantea la duda de por qué lo hace justo ahora. Tiempo atrás, al público le encantaba un telenoticias que empezase con el “conflicto de Oriente Medio”. Estaba bien visto dolerse de los palestinos de vez en cuando, verlos tirando piedras a un ejército malvado y armado hasta los dientes, y seguir degustando la comida de mediodía con la familia, entre comentarios de cómo yo, Fulanito de Tal, solucionaría esta guerra a intervalos.

En estos momentos, el velo de silencio inquieta, porque no se entiende. ¿Es geoestrategia auspiciada por la administración Obama? ¿Es desinterés? ¿Es, quizás, hasta difícil, encontrar en Israel la “culpa boomerang” que hace que lobos solitarios palestinos con ideología fanática arremetan contra carritos de bebés que esperan el autobús junto a sus padres? No creemos, ni por un instante, que no se pueda buscar algún “botón de muestra” para darle la vuelta a la tortilla y culpar al “estado sionista” de nuevo. Entonces, ¿qué pasa? Europa es muy capaz de esas minucias. Sin embargo, no le duelen prendas para proclamar el estado palestino unilateralmente, el día en que en Israel se produce el peor atentando terrorista en años, nada menos que en una sinagoga y entre personas que rezaban.

Probablemente, se trate de que, si no hay una guerra instalada, no merece la pena volver a empezar con las acusaciones. Ya hubo bastante este verano. El público está aburrido. Tampoco hay interés en encontrar la piedrecita palestina en la infame masa de combatientes del Estado Islámico. Cuanto menos se escarbe, mejor.

Mientras tanto, observamos atónitos cómo una hidra, un monstruo ctónico antiguo, de las mitologías griegas más pretéritas, emerge de las profundidades de la sociedad israelí, para devorar cuanto encuentra a su paso: ciudadanos de a pie, personas que van a trabajar o a estudiar, seres humanos inocentes, que esperan un autobús para cumplir con sus obligaciones cotidianas.

Heracles, en sus Doce Trabajos, comenzó por descabezar a la Hidra de Lerna, pero cada vez surgía una nueva cabeza que sustituía a la anterior, en una sucesión monstruosa y descorazonadora. Al filo de la extenuación y pensando no poder cumplir con la tarea encomendada por el rey Euristeo, su sobrino Yolao dio con la solución, dicen que inspirado por Atenea: cauterizar cada descabezamiento, evitando así que volviera a surgir la siguiente cabeza del monstruo.

Israel ya lucha denodadamente contra la hidra, aunque Yolao no termina de llegar con la solución. Socialmente resulta casi imposible cauterizar cada nuevo descabezamiento, porque la hidra emerge del mismo seno de esa sociedad a la que hiere. Occidente mira para otro lado. Mientras, la hidra se refleja en el espejo de una Europa colonizada ya por el mismo cáncer de la minoría fanática, que todavía no se ha materializado en terrores selectivos. Muchos tememos que pronto lo haga.

Cuando algo se mueve en Israel, hay una sacudida leve, pero generalizada. Es como si se moviera el centro de la Tierra.

domingo, 31 de agosto de 2014

¿NUNCA ES DEMASIADO TARDE?

Como se habrá percatado quien lo lea, este blog es generalmente un vocero del sionismo y de la cultura judaica y tiende a salir en defensa de todo lo que huele a judío, israelí o hebraico en general. No en pocas ocasiones ha mantenido posturas poco respaldadas por la llamada opinión pública mundial general y por la española, en particular.

Siendo esto como es, y pese a quien pese, nos sentimos con el derecho de dar un tirón de orejas al mundo judío, cuando éste así lo requiere. Sepan ustedes que en el judaísmo no hay santos, sino sólo justos -tzadiquim-, lo cual quiere decir que nadie es perfecto, ¿no?

Dicho esto, esta mañana nos hemos desayunado con un artículo del periódico Jerusalem Post en su edición inglesa, en el que se informaba de que una de las ramificaciones de la Agencia Judía apostaba por la “inversión” en el análisis genético de individuos no judíos a lo largo y ancho del mundo para, de este modo, al descubrir ellos su posible ascendencia judía, remota o no, escasa o no, llegar a subvertir la tendencia actual de animadversión del “mundo” hacia los judíos y hacia el estado de Israel. Se dice en el artículo que, así como el estado de Israel había invertido anteriormente en el área de la arqueología para demostrar con la extracción de restos arqueológicos la presencia ancestral del pueblo de Israel en el territorio que ahora ocupa su estado y así convencer al mundo de que, efectivamente, ése debe ser el suelo patrio para siempre, en estos momentos se debe invertir en lo que apuntamos anteriormente.

Sin embargo, también se señala en el artículo de manera clara que la Agencia Judía y el estado de Israel, por ende, no pretenden con ello hacer proselitismo, sino solamente hacer conscientes a los individuos de que, “fíjese, si su tatatatatarabuelo fue judío, usted debería ponerle un me gusta al estado de Israel” y listos. También se cita una fuente estadounidense que habla de la creciente simpatía de los hispanos por el estado de Israel, al descubrir éstos que tienen “antepasados judíos obligados a convertirse al catolicismo por la Inquisición española de la Edad Moderna”: ya. Pero esto es otro cantar que merece un aparte y de lo que sólo apuntaremos que nos parece mentira que a los llamados mesiánicos se les abra la puerta de la amabilidad -que no la puerta, no nos engañemos-, ahora que la situación postguerra deja al estado de Israel con el semblante muy afeado para el status quo mundial. ¿De verdad a las iglesias evangélicas mesiánicas sí y a los individuos que apuestan por el rigor científico no? Creemos que, en su afán por cerrarse a todo y a todos, a nadie se le ha pasado por la cabeza el diferenciar ambas cosas, lo cual nos parece triste e incluso chapucero.

Pues bien, para los que siempre hemos defendido al estado de Israel desde las trincheras de la familia, de los amigos, de los pueblos, de los estados europeos -y un largo etcétera que no viene al caso-, esta postura se nos antoja una salida a la desesperada, que llega tarde y mal por parte de un establishment judío -no hablamos de individuos, por supuesto- que tenía la puerta cerrada a cal y canto para los enemigos, pero, desgraciadamente, también para los amigos. Organizaciones como Shavei Israel eran ninguneadas por las instituciones israelíes que gestionaban los asuntos de la Diáspora y judíos militantes de la talla de Dori Lustron de Por Israel, se partían la cara periódicamente con determinadas instancias israelíes, por el rechazo de éstas a abrir, no una puerta, sino un resquicio al mundo no judío para temas que fueran más allá del mero turismo cultural.

En otras ocasiones hemos señalado de dónde proviene esta actitud de autodefensa del mundo judío y hemos manifestado comprenderla, dada la historia de este pueblo sobre la faz de la Tierra. No obstante, en estos momentos se impone el tirón de orejas, como mínimo, ya que somos muchos los que hemos sentido cierta frialdad, cierta mirada de desconfianza, por parte del mundo judío, cuando hemos tratado de entrar al zaguán de una casa que idolatrábamos por multitud de razones, sin mayores pretensiones de ser invitados a cenar.


Nunca es tarde, dicen los viejos del lugar, para aprender cosas en la vida. Ojalá este paso implique que se aprende una lección y no sea, como parece, una impostura superficial que pronto pasará de moda y donde se juzga en bloque y a bulto, pues cualquier camiseta de "I Stand with Israel" es bienvenida. Lo entendemos, de verdad, pero nos sigue entristeciendo.