La mañana del pasado lunes 30 de abril nos dejó en Eretz Israel el profesor Netanyahu, zijrono li'beraja, a los 102 años de edad. No por esperado, dada la avanzada edad que tenía, deja de sobrecogernos el fallecimiento de este polifacético ser humano, que para Occidente eclipsa la mediática figura de su hijo, Bibi Netanyahu.
Hijo de rabino polaco sionista, llegó a Eretz Israel mucho antes de la creación del estado moderno y, con el tiempo, se convirtió él mismo en líder del movimiento sionista revisionista, llegando a ser secretario del propio Ze'ev Jabotinsky. Militó y creyó hasta el fin en el tan denostado concepto del Gran Israel (Eretz Israel Hashlemah) y entregó un hijo para la causa, cuando su primogénito Yonatán fue asesinado, mientras lideraba la operación Entebbe de 1976, convirtiéndose así en un héroe para sus conciudadanos.
Hijo de rabino polaco sionista, llegó a Eretz Israel mucho antes de la creación del estado moderno y, con el tiempo, se convirtió él mismo en líder del movimiento sionista revisionista, llegando a ser secretario del propio Ze'ev Jabotinsky. Militó y creyó hasta el fin en el tan denostado concepto del Gran Israel (Eretz Israel Hashlemah) y entregó un hijo para la causa, cuando su primogénito Yonatán fue asesinado, mientras lideraba la operación Entebbe de 1976, convirtiéndose así en un héroe para sus conciudadanos.
Sin embargo, y en nuestra modesta opinión, si por algo debe ser recordado el profesor, es precisamente por su gran aportación a la investigación histórica de la comunidad judía medieval en tierras hispanas, esto es, a la Edad de Oro de los judíos en Europa, que se desarrolló en la vieja Sefarad.
Su gran aportación consistió en matizar y revisar hasta la saciedad todo el trabajo anterior y en dotarlo de una nueva y valiente visión, que, precisamente por osada y adelantada a su tiempo, le valió numerosísimas críticas y le granjeó la antipatía de no pocos estudiosos de la materia. Y es que, en un alarde de conocimiento de la naturaleza humana y, como decimos, a través de una exquisita revisión y estudio de las fuentes, el profesor determinó que el carácter de la judeofobia patria no tuvo nada que ver con la supuesta ola de judaizantes predicada por propios -caso del profesor Baer- y extraños -caso de los historiadores españoles-, sino que obedeció a una simple cuestión de racismo. ¿Nos suena de algo? El caso es que el profesor Netanyahu se atrevió además a poner en tela de juicio la supuesta fidelidad de los conversos a su ascendencia e identidad judías y a muchos de ellos los supuso asimilados ya en la segunda generación posterior a los pogroms de 1391, lo cual fue imperdonable para muchas figuras sobresalientes de su pueblo, así como para muchos teóricos de la mentira histórica y la novela rosa.
Osado y valiente, fue denostado por unos y por otros tanto en lo político como en lo académico. Nosotros nos quedamos con la totalidad de lo que fue su vida. Una existencia llena de aciertos y de desaciertos, ya que es la imperfección lo que nos hace humanos y él desarrolló su humanidad en todos los aspectos de una larga vida. No obstante, creemos que es la pasión por lo que consideramos nuestro lo que nos acerca a la posteridad y estamos seguros de que de eso, y pese a su apariencia de viejo profesor despistado de película de Spielberg, andaba sobrado Benzion Netanyahu.
Hasta siempre, desde la vieja Sefarad, descubierta y reinventada por usted, querido profesor.